Estar solo no tiene por qué significar estarlo – y en 2020, esta afirmación no ha hecho más que acentuarse. Tras meses de pandemia y distanciamiento social, se puede decir que ese año ha sido un reto para muchos de nosotros. Aunque la situación de cada uno es diferente, la cuarentena puede resultar especialmente aislante para las personas que viven solas.
Aún así, el aislamiento social puede ser una oportunidad para el crecimiento personal y la atención plena. Aquí, hay lecciones importantes que he aprendido durante este tiempo.
1. Los momentos cotidianos pueden traer felicidad. Las pequeñas cosas importan más. Y durante una pandemia, esto sigue siendo cierto: detalles que nunca antes había notado se han convertido en puntos destacados. La vista de una puesta de sol rosa desde mi balcón. La forma en que cae la nieve fuera de mi ventana. El sonido del tren pasando por mi apartamento. Si bien la vida puede parecer más lenta, estos momentos tranquilos son una oportunidad para practicar permanecer presente.
2. La sensación de que te estás perdiendo algo sucede. Confesión: Hubo un momento en el que estaba convencido de que el mundo se había olvidado de mí. Échale la culpa al hecho de haber leído más de 40 libros en silencio o haber pasado el Día de Acción de Gracias solo con comida china para llevar, pero sentí que me lo estaba perdiendo. Aunque ver publicaciones de personas juntas fue difícil, reconocer eso me ayudó. Después de todo, no podemos controlar cómo nos sentimos, pero podemos decidir no dejar que esos sentimientos se apoderen de nosotros.
3. Su sistema de apoyo puede ser más grande de lo que cree. En un mundo en el que permanecemos conectados con solo deslizar (literalmente) un dedo, es más fácil que nunca mantenerse en contacto. Ya fueran mensajes de texto de un antiguo compañero de trabajo o una llamada con un amigo de la escuela secundaria, me di cuenta de que el apoyo se extendía más allá de mi círculo íntimo. Más tiempo en casa puede significar más tiempo para reflexionar sobre nuestras relaciones y controlar a quienes nos importan.
4. La curación es un proceso continuo. Sentarse a solas con nuestros pensamientos puede llevarnos a pensar en el pasado (es un hecho). ¿Ese tipo realmente me dijo esas palabras? ¿Debería haberle dado otra oportunidad a ese amigo? Pero no se preocupe, estos recuerdos que fluyen de regreso simplemente demuestran que somos humanos con factores desencadenantes. Recuerde: la curación no es lineal y debemos ser amables con nosotros mismos al enfocarnos en lo lejos que hemos llegado.
5. Nadie puede amarte como tú. Aunque he estado aislado a través de esta pandemia, nunca me sentí tan satisfecho con mi propia compañía. Desde ir de picnic con una tabla de charcutería llena hasta poner decoraciones de Halloween por primera vez, esta experiencia me ha permitido apreciar a la persona más importante de mi vida: yo mismo. Por lo tanto, estoy abrazando este tiempo solo. Al final, hay poder en saber quiénes somos y elegir amar cada parte de nosotros mismos.
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